jueves, 13 de febrero de 2025

La relación entre la corrupción política y la inseguridad es directa y profunda

  Un sistema político que tolera la corrupción es un caldo de cultivo para el crimen organizado, la impunidad y el debilitamiento de las instituciones encargadas de proteger a la ciudadanía.

1. Corrupción e inseguridad: Un ciclo vicioso

Cuando la política está contaminada por la corrupción, se generan redes de protección entre funcionarios, jueces, policías y delincuentes. Estas redes garantizan que ciertos grupos criminales operen sin ser molestados, a cambio de favores, dinero o apoyo político. Ejemplos claros de esta simbiosis incluyen:

  • El narcotráfico: Sin complicidad política y policial, su expansión sería más difícil.
  • El crimen organizado: Bandas dedicadas a secuestros, robos y trata de personas prosperan bajo el amparo de estructuras corruptas.
  • El desvío de fondos públicos: Dinero destinado a seguridad termina en bolsillos privados, debilitando la capacidad del Estado para combatir la delincuencia.

2. Justicia y Policía: ¿Protección o Impunidad?

Cuando los jueces y fiscales responden a intereses políticos y no a la ley, los delincuentes con contactos evitan la cárcel mientras los ciudadanos comunes quedan desprotegidos. Lo mismo ocurre cuando la policía está infiltrada por la corrupción:

  • Se pactan zonas liberadas para el delito.
  • Se manipulan estadísticas para esconder el problema.
  • Se arman causas falsas contra ciertos sectores mientras otros tienen vía libre.

3. La Ficha Limpia y la seguridad

Si se aplicara una verdadera ley de Ficha Limpia, muchos funcionarios con antecedentes de corrupción quedarían fuera del sistema, cortando los vínculos entre política y crimen. Sin políticos corruptos:

  • Se fortalecerían las instituciones de seguridad.
  • Se destinarían recursos reales a combatir el delito.
  • Se devolvería la confianza a la ciudadanía en la Justicia.

4. Instituciones vs. Caudillismo

En Argentina, los personalismos han permitido que algunos políticos utilicen la seguridad como herramienta electoral, prometiendo mano dura o minimizando el problema según les convenga. Sin embargo, sin una justicia independiente y una política honesta, cualquier estrategia de seguridad es un simple maquillaje.

En conclusión, la corrupción es la raíz de muchos problemas de inseguridad. Sin transparencia en la política y sin instituciones fuertes, la delincuencia seguirá creciendo. Para combatir el crimen, primero hay que limpiar el Estado.

Juan Carlos Luis Rojas



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